Boca Empata en un Papelón Histórico, Auckland City, el David del Fútbol, Frena al Xeneize con Gol en Contra.En una jornada final de infarto en el Grupo C del Mundial de Clubes 2025, Auckland City, el humilde equipo neozelandés, escribió una página dorada al empatar 1-1 con Boca Juniors en Nashville, con un gol en propia puerta de su arquero Nathan Garrow. Mientras Benfica se alzó con el liderato tras vencer 1-0 a Bayern Múnich, el modesto Auckland peleó hasta el último segundo contra los gigantes del fútbol, dejando una lección de coraje. Este análisis repasa la gesta del equipo oceánico y el dramatismo de la fecha.
Análisis de la jornada: Un grupo parejo y un héroe inesperado
El Grupo C fue un campo de batalla entre tres colosos: Benfica (4 puntos), Bayern Múnich (6 puntos) y Boca Juniors (1 punto), con Auckland City como la cenicienta que resistió contra los Goliath del fútbol. En la última fecha, disputada el 24 de junio, Benfica aseguró el liderato con un sólido 1-0 ante Bayern en Charlotte, gracias a un gol de Andreas Schjelderup (13’), asistido por Fredrik Aursnes. Los lusos dominaron con 48% de posesión, 10 remates (4 al arco) frente a los 14 (3 al arco) de los bávaros, y 320 pases (83% precisión) contra 340 (85%). El partido, intenso pero con pocas chances claras, sumó 16 faltas (9 de Benfica) y 3 amarillas (2 para Bayern). Bayern, ya clasificado, quedó segundo con 6 puntos, mientras Benfica alcanzó 7.
En Nashville, Boca necesitaba golear a Auckland City y esperar una derrota de Benfica para soñar con los octavos. Sin embargo, el Xeneize chocó contra un equipo semiamateur que jugó con el corazón. Boca abrió el marcador a los 26’ con un gol en contra de Garrow, tras un cabezazo de Lautaro Di Lollo en un córner. Pero Auckland, dirigido por el capitán-jugador Mario Ilich, empató a los 52’ con un cabezazo de Christian Gray, profesor universitario, en otro tiro de esquina. El partido, interrumpido 27 minutos por una tormenta eléctrica, tuvo 25 remates de Boca (5 al arco) contra 8 (2 al arco) de Auckland, posesión 55%-35%, y 310 pases (80% precisión) frente a 190 (41%). Se registraron 18 faltas (10 de Boca), 3 amarillas (2 para Auckland) y 7 córners para el Xeneize. La clave fue la resistencia de Auckland, con Garrow redimiéndose con 6 atajadas, y la falta de puntería de Boca, que desperdició chances claras de Merentiel y Palacios. El empate, celebrado como un título por Auckland, sepultó a Boca (2 puntos) y dejó al equipo neozelandés con 1 punto, pero con una historia épica.
Notas al margen: 3 puntos clave para entender la gesta de Auckland ante el Xeneize
- Garrow, del blooper a héroe: El arquero, que trabaja en una farmacéutica, regaló el gol de Boca, pero se redimió con atajadas clave, como un mano a mano a Giménez y un remate de Palacios al palo, demostrando que los amateurs también brillan.
- Gray, el profesor que silenció a Boca: Christian Gray, docente universitario, marcó el empate con un cabezazo que hizo estallar a los hinchas neozelandeses. Su gol fue un símbolo de la lucha de Auckland contra los gigantes.
- Boca, víctima de su ineficacia: Pese a dominar, Boca abusó de centros (24) y careció de inventiva. La eliminación, confirmada por el triunfo de Benfica, dejó un sabor amargo tras un papelón ante un equipo semiprofesional.
Voces de la tribuna virtuales
En X, la eliminación de Boca desató burlas y memes, con usuarios como @maps_black destacando: “Auckland City, un equipo de oficinistas, le empató a Boca. ¡Histórico!”. Otros, como @ZonaLibreDeHumo, celebraron a Benfica y Bayern, pero reconocieron el coraje de Auckland: “Los neozelandeses festejaron el 1-1 como si fuera la final”. Los hinchas de Boca lamentaron la falta de contundencia: “25 tiros y no le ganamos a un equipo de amateurs. Vergüenza”, escribió uno. Portales como Olé y TyC Sports tildaron el empate de “papelón”, mientras CNN y Página/12 elogiaron la resistencia de Auckland, un equipo cuyos jugadores, como el repartidor Myer Bevan o el analista Adam Mitchell, combinan el fútbol con trabajos cotidianos. La goleada de Benfica (6-0) y Bayern (10-0) a Auckland en fechas previas contrastó con este empate, que los neozelandeses celebraron como un triunfo moral.
Comentarios
Esta jornada fue un recordatorio de por qué amamos el fútbol. Ver a Auckland City, un equipo de jugadores que trabajan como repartidores, profesores o analistas, plantarse ante Boca Juniors fue inspirador. El gol en contra de Garrow fue un blooper, pero su redención y el cabezazo de Gray me hicieron aplaudir desde el sillón. Boca, con todo su peso histórico, se ahogó en su propia ansiedad, y el GEODIS Park vibró con la hazaña de los neozelandeses. Benfica mostró solidez para liderar el grupo, y Bayern, pese a la derrota, ya estaba en octavos, pero la historia de esta fecha es Auckland: un David que, con un empate, humilló al Goliath sudamericano. Este Mundial de Clubes demuestra que el fútbol no entiende de presupuestos, solo de corazón.