viernes, marzo 29, 2024
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Viajando en barco

En estos años, en los que he recorrido los campos como practicante de beisbol y softbol

(No quiero decir “jugador” porque para llamarse así hay que saber jugar), he visto mucha

Pasión y entrega de parte de todos aquellos que con sacrificio, viajan incontables distancias

para formar parte de un team, equipo, tribu o como quiera designarse a quienes integran un

grupo de la clase que sea con un mismo interés.

A pesar de dejar en sus casas algunas veces un conyugue con un gesto no muy feliz, hijos con reclamos y varias yerbas parecidas, los que practican estos deportes…perseveran.

A pesar de las canchas en las que predomina la ausencia, donde solo sale el aliento del dogout de su equipo, de familiares que con dificultad se acercan, estos jugadores  se plantan con un bate para desafiar a quién como él, ha hecho una pausa en su vida para practicar su deporte favorito.

Como a todos, me ha tocado las más de las veces estar en un campo apenas poblado (salvo los privilegiados que han compartido la ENORME EXPERIENCIA de un estadio internacional, en países no tan lejanos ni Extraños a nosotros), soñando con una hinchada imaginaria.

Recuerdo comentarios sobre despedidas sin una línea en la prensa, de nuestras selecciones de softbol y beisbol; partidas solitarias desde aeropuertos o estaciones de bus, con algunos familiares y amigos alzando la mano.

Y entonces se preguntan… “¿que tiene que ver el viaje en barco?”.

Es curioso, porque desde mi humilde punto de vista, todos vamos a bordo de un mismo barco.

El Softbol, el beisbol, el slow Pitch; todos navegando en un mismo navío que parece querer zozobrar a veces.

Claro, como toda cosa que flota y parece estar escorada (o sea con algún agujerito que otro), unos tienen la nariz más arriba de las olas, y se consideran más a salvo,  pero al final el barco es el mismo.

Y a que viene esto (siguiendo con el ejemplo del barco), viene a que he escuchado infinitas veces que “no hay apoyo”, “las/los chicas/os necesitan respaldo y que las sigan” y, lo que me parece curioso (y ruego por estar equivocado), es que parecen no verse todos en el mismo lugar.

Siento que estamos tan ocupados tapando los “agujeros propios” que no nos permitimos ver los de los otros (Y no estoy hablando de AGUJEROS FINANCIEROS, para nada).

El dinero no tiene que ver con esto, pero la solidaridad SI.

Los que jugamos beisbol, deberíamos ir a alentar a los que practican softbol si no tenemos partido programado.

Deberíamos ir a brindar apoyo, palmada en la espalda, conocernos, solidarizarnos y, sobre todo, mostrar que no somos una raza aparte ni en extinción.

He visto equipos dejar el campo luego de su partido, a pesar de conocer a los integrantes de los equipos que jugarán el segundo encuentro,  e irse a hacer “la suya”.

También lo he hecho. Y yo que me jacto de amar tanto este deporte, me pregunto si realmente lo quiero tanto, como para apoyar incondicionalmente aunque no sea yo quién esté en el campo.

Claro que, una mano lava la otra y esperaríamos lo  mismo del otro. Porque  como en  el DEPORTE del que nos enorgullecemos, “Alguien” debe lanzar la primera pelota para que se inicie el  juego; alguien es el primer bate, el primer out, la primera carrera.

Si todos somos parte de una hermandad en las que nos une un turno al bat, un guante, una pelota y no ser ponchados en primera.

Si los que léen esto entienden el término, no importa si juegan beisbol, softbol, slow, pitch o fastpitch.

Todos estamos en un barco con forma de diamante de más o menos metros, y si no ayudamos a los de la proa a tapar sus hoyos, no pretendamos que ellos ayuden con los nuestros en la popa.

Mirándolo desde el punto de vista de la vida, los deportes que he mencionado lo parecen.

Nuestra juventud es el beisbol, nuestra mediana edad es el softbol y cuando ya no podemos siquiera ver un picheo de 20 millas, optamos por el slow.

Detrás de mi mirada un poco simplista (y quizá no la correcta porque en realidad son opciones),  es lo que siento que representan…una linea de vida.

Y si – como en la vida-, no damos apoyo en cada faceta de ella a los que las van pasando…en verdad preparen la cobertura  para la torta porque estamos en el horno.

Esto que es una simple reflexión en voz alta, me hace pensar hasta qué punto he practicado lo que estoy promulgando, y si en caso de haberlo hecho, es suficiente y puedo hacer más.

¿Qué daño puede hacernos?. Me gustaría que cada uno me lo haga saber, para poderlo evaluar juntos.

Pero por favor, sin incluir el tema de que “cada cual cuida su quinta”, porque la quinta es de los quinteros, y su responsabilidad es otra.

La nuestra, es ser solidario con quién, como nosotros, se calza un guante o un bate y espera por el  primer strike.

Parado en la esquina caliente en otoño

JALF

 

Fotos: Softbol Jugadora del equipo de Berazategui (Morón 2011)

Beisbol Jugador del equipo de Cardenales  (Ezeiza 2011)

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